Mientras otros estudiantes universitarios de primer año disfrutaban de la libertad y la novedad de la vida universitaria, Analiz Salazar se encontró atrapada en una vida a la que no pertenecía. A los 19 años asistir a la universidad en Texas no era nada de lo que había soñado. Sintiéndose sola y perdida en su viaje, decidió que necesitaba un cambio.
Actualmente, Salazar encontró su lugar en Elgin Community College, empezando su primer semestre este otoño y guiando sus estudios en Servicios Humanos. Sin embargo, llegar a este punto de su vida le demostró ser un viaje en sí.
Salazar nació en Texas, pero creció en Illinois. Después de graduarse de Larkin High School en el 2021, decidió retornar a sus raíces y atender la Universidad de Incarnate Word en San Antonio, Texas.
Por dos años, Salazar navegó por el college sintiéndose desorientada. Originalmente su carrera era en educación primaria, se dio cuenta que no sentía la misma pasión que sus compañeros tenían por la escuela. Le fascinó trabajar con otros, pero tuvo problemas para integrarse en la universidad.
“No estaba siendo yo misma [en Texas]”, mencionó Salazar. “Empecé a ver que no estaba mejorando en mis clases, y ahí fue cuando me cansé”.
Inicialmente, Salazar tenía miedo de dar la noticia a sus padres, pero atender la universidad se había convertido más en una carga que en un privilegio. Ella sintió que no tenía otra opción más que retirarse. También supo que un cambio así de repentino vendría con un gran costo financiero y emocional.
“Al principio, cuando le dije a mi papá que no quería estar en [University of the Incarnate Word] y que me quería transferir a una universidad diferente en Texas, él casi pensó que me había vuelto loca”. Dijo Salazar.
La tensión entre Salazar y su padre creció junto con el estrés de un cambio repentino de plan y de carreras. Ella se dio cuenta de que la única manera de arreglar las cosas era dejar atrás su vida en Texas y regresar a casa en Illinois.
“Fue muy difícil entre nosotros, pero después (mi padre) dijo: ‘O.K., regresa’”, Salazar dijo. “Mi mamá me decía: ‘mientras disfrutes ECC, está bien’”.
Después de arreglar las cosas con su padres, Salazar estaba lista para regresar al área de Elgin y empezar a estudiar en ECC. Sin embargo surgieron miedos apenas comenzó la transferencia de la universidad al college.
“¿Será que ellos me van a juzgar?” Se preguntó Salazar. “Ellos van a decir ‘ella no terminó sus metas’, ‘y pensé que ella había dicho que quería esto y ahora está de regreso’”.
Esos temores a ser juzgada se fundamentaron en la crianza. Al crecer, a ella le enseñaron que atender un community college era inferior que atender una universidad. Al ser una de las más jóvenes de su familia, buscaba en sus primos mayores orientación a la hora de tomar decisiones universitarias.
“Cada vez que tenía la oportunidad de ver a mis primos, ellos me mencionaron de ir a una universidad”, dijo Salazar. “Ellos en realidad nunca vieron la opción de un community college, siempre decían cosas como: ‘cuatro años para esto, cuatro años para lo otro’, así que creciendo pensé, ‘oh se supone que tienes que ir a una universidad de cuatro años. El community college no era una opción’”.
A pesar de las constantes presiones y dificultades que ella presentó, Salazar aplicó a ECC.Para ella, atender la escuela no era solo el asunto de culminar, sino más bien un paso hacia la realización de sus sueños.
“No soy realmente una persona fan de la escuela”, dijo Salazar. “Pero siempre desde que era pequeña he querido obtener un doctorado. Si, quizá haya tomado descansos, quizá cambie de carrera, pero al final pienso ‘debo obtener un doctorado’. Esa es mi motivación.’”
El otoño pasado, Salazar se inscribió en el Programa General de Servicios Humanos (Human Services Generalist) en ECC; sin embargo, se ha enfrentado a desafíos mientras se vuelve a adaptar a la vida en Illinois.
“Estaba teniendo problemas manejando mi tiempo entre la escuela, trabajo, casa y otras cosas que debía hacer”, mencionó Salazar. “Descubrí que mi manera de gestionar las cosas no funcionaba. Fue entonces cuando pensé: ‘no voy a esperar hasta el último momento, voy a buscar ayuda’”.
Fue entonces cuando ella descubrió el programa de Student Success Coach, diseñado para asistir a los estudiantes en temas de manejo de tiempo, y sentimientos de duda (feelings of self-doubt).
Ahora, Salazar está prosperando en su educación y disfrutando plenamente de la vida en ECC. Las cosas han cambiado para bien, y finalmente se siente que está en el camino al éxito.
Cuando se le preguntó qué consejo le daría a su “yo” más joven, Salazar enfatizó la importancia de darse prioridad en los momentos difíciles.
“No te preocupes demasiado por el futuro y escucha tus sentimientos”, dijo Salazar. “Muchas veces, puse mis sentimientos a un lado y me preocupe más por lo que otros pensaban de mí, o por lo que los demás hacían. Siento que muchas veces la gente me impidió crecer. Al final todo estará bien, y todo estará en su lugar”.
Aunque los últimos dos años han sido difíciles, Salazar no se arrepiente de nada. Para ella, estar en Texas fue el descanso que necesitaba para tener éxito en Illinois. Al reflexionar sobre su trayecto, ella motiva a aquellos que están pensando en asistir a un community college a dar ese paso para avanzar en su educación.
“Al final, no deberías preocuparte sobre lo que otros piensen de ir a un community college”, destacó Salazar. “Lo estas haciendo por ti mismo. Y a la final siempre regresará a ti”.