Elgin Community College organizó un evento de concientización sobre la prevención del suicidio el 20 de septiembre de 2023 en la sala B180, donde asistienron en total 28 personas de un amplio rango de edades.
El evento incluyó una presentación de 45 minutos titulada “Hablar Salva Vidas” a cargo de Luma Bonilla-Webster, manager del programa American Foundation of Suicide Prevention.
Cubrió temas de cómo comprender el alcance del problema del suicidio. Explicó los hallazgos clave de la investigación sobre el suicidio, describió los factores de riesgo del suicidio y las señales de advertencia, cómo buscar apoyo y cómo acceder a recursos cuando se esta en crisis.
De acuerdo con Bonilla-Webster, la AFSP no provee servicios directos de crisis, ya que se enfocan más en educar a las personas y en la investigación.
“El suicidio es un problema de salud complejo, a menudo se puede prevenir”, dijo Bonilla-Webster. “Así como hay señales de advertencia y factores de riesgo para otro problemas de salud, por ejemplo, un paro cardiaco, queremos saber cuáles son los factores de riesgo y las señales de advertencia para alguien que se encuentra en una crisis suicida”.
Empezando una intervención temprana con alguien que está en riesgo de suicidio es importante, es como para otros problemas de salud.
“Una vida puede ser salvada si permites tiempo”, mencionó Bonilla-Webster. “Es hora de que disminuya el riesgo de suicidio de una persona y de que se le conecte con la ayuda y asistencia que necesita”.
Bonilla-Webster continuó hablando sobre lo que se debe y no se debe hacer cuando se trata del lenguaje relacionado con el suicidio, lo que puede ayudar a acabar con los estigmas.
Evite decir la palabra “cometió” suicidio, ya que la palabrea “cometio” tiene una connotación negativa. Evite también decir que alguien “fracasó” o “tuvo” éxito al suicidarse, ya que Bonilla-Webster dice que no existe tal cosa. En su lugar diga “murió a causa de suicidio”, “terminó con su vida” o “se suicidó”.
Según la Organización Mundial de la Salud, mas de 700,000 personas mueren por suicidio cada año en Estados Unidos. Esto equivale aproximadamente a una persona cada 40 segundos. La cifra de quienes intentan suicidarse es aún mayor.
“Por cada suicidio, otros 25 atemptan”, mecionó Bonilla-Webster. “Eso es más de un millón de estadounidenses que sobreviven a un intento de suicidio cada año”
Bonilla-Webster continuó hablando del por qué las personas se quitan la vida. Ella dijo que no hay una única causa, pero que las condiciones de salud mental subyacentes a menudo influyen.
“Investigaciones han demostrado que la gran mayoría de personas que se suicidan tenían una condición de salud mental en el momento de su muerte”, dijo Bonilla-Webster
Sin embargo, las condiciones de salud mental no reflejan el panorama completo.
“El cerebro de las personas que murieron por suicidio es diferente a los que murieron por otra causa”, Bonilla-Webster dijo. “Y aquí estamos analizando la estructura y función, específicamente de las áreas del cerebro que están relacionadas con la respuesta al estrés y el control de los impulsos”.
De acuerdo con Bonilla-Webster, las investigaciones han demostrado que la mayoría de las personas con tendencias suicidas se muestran ambivalentes en cuanto a quitarse la vida. Hay una parte de su cerebro que quiere que mueran, pero también otra que quiere que vivan. El objetivo es conectarnos mejor con la parte que quieren que vivan.
Una persona suicida se encuentra en un punto de crisis en el que se está desesperado por salir del dolor. Bonilla-Webster pide al público que se tome un momento y piense en el dolor físico más intenso que jamás haya experimentado.
“En ese momento, ¿habría podido indicarle a alguien cómo llegar a su casa?”, dijo Bonilla-Webster. “¿Habrías podido explicarles con precisión lo que está pasando y por qué sientes dolor?”.
Casi todas las personas sacudieron la cabeza simultáneamente.
“El dolor hace imposible el pensamiento ordinario”, resaltó Bonilla-Webster. “Alguien que considera el suicidio no puede prever un momento en el futuro en el que ese dolor terminará”.
Bonilla-Webster luego pasó a discutir los factores de riesgo que pueden aumentar el riesgo de una persona de tener una conducta suicida, incluidos factores de salud, históricos y ambientales.
Los factores de salud incluyen depresión, ansiedad, desorden bipolar, trastorno por uso de sustancia, y afecciones de salud física crónicas o graves.
Factores histórico incluyen antecedentes familiares de suicidio, abuso infantil, pérdidas e intentos de suicidios previos.
Factores ambientales son circunstancias en la vida de una persona. Estos incluyen el acceso a medios letales (los más comunes son armas de fuego), la exposición al suicidio de otra persona o la relatos gráficos de suicidio, estres prolongado, acoso es intimidación, problemas de relación u otros acontecimientos de la vida.
La siguiente sección de la presentación pasó a discutir cómo se puede prevenir el suicidio.
De acuerdo con Bonilla-Webster, los factores de protección pueden incluir el cuidado proactivo de su salud mental, un fuerte apoyo de amigos y familiares, habilidades para resolver problemas y creencias culturales o religiosas que pueden crear un fuerte sentido de propósito.
“Uno de los retos más grandes para combatir el suicidio es lograr que las personas aborden su salud mental, de la misma manera que abordaremos nuestra salud fisica”, recalcó Bonilla-Webster. “Si tuviera dolor en una pierna o en el pecho, iría a recibir tratamiento. Si reconoce que tiene pensamientos suicidas, debe recibir tratamiento de inmediato”.
La ley obliga a los seguros médicos a cubrir los servicios para la salud mental de la misma manera que cubre los servicios de salud física.
Bonilla-Webster reitera el rol vital que juega el tiempo para ayudar a una persona que está en riesgo de suicidio.
“Lo más importante que se puede interponer entre una persona suicida y su forma de acabar con su vida es el tiempo”, enfatizó Bonilla-Webster. “Al reducir temporalmente el acceso de una persona suicida a medios letales, les damos tiempo para que disminuya el intenso riesgo de suicidio…y tiempo para que alguien intervenga con apoyo y recursos de salud mental”.
De acuerdo con Bonilla-Webster, tener una conversación con una persona en necesidad es vital.
“Es importante tener una conversación afectuosa y de apoyo con alguien que pueda preocuparle, para permitirle compartir lo que está experimentando” dijo Bonilla-Webster. “Tener una conversación les demuestra que te preocupas y te permite obtener más información sobre lo que los estresa”.
Después, Bonilla-Webster empezó a discutir las señales de alarma, que, según ella, pueden manifestarse durante un periodo de tiempo más largo.
Las señales se suicidio tipicamente pueden ser demostradas de las tres sigueintes formas: en cómo habla, comportamientos, y estado de animo.
“Las personas con tendencias suicidas te lo dirán seguido”, dijo Bonilla Webster. “Ellos hablarán, de una forma directa o indirecta. Quizá lo digan abiertamente o bromeen al respecto. Siempre queremos tomar la conversación en serio”.
Bonilla-Webster explicó que algunos de estos comportamientos pueden incrementar por múltiples factores. Incluyendo el uso de drogas y alcohol, resaltando problemas como insomnio, dormir mucho, decisiones imprudentes, abstinencia de actividades que antes eran placenteras, aislamiento de amigos o seres queridos o el acto de regalar posesiones”.
“Las personas en riesgo de suicidio a menudo muestran cambios repentinos de animo”, dijo Bonilla-Webster. “Depresión, apatía, irritabilidad, humillación, ansiedad. Otro cambio es la felicidad repentina, cambio inexplicable de felicidad. La felicidad puede indicar que la persona ha decidido un plan para suicidarse… y se sienten aliviados de que ya no sentirán dolor”.
Ella enfatizó que siempre debes asumir que eres el único que se acercará a alguien para preocuparse por su seguridad.
También hay algunas cosas que debes evitar cuando se trata de abordar estas inquietudes con alguien.
“Evita minimizar sus sentimientos”, dijo Bonilla-Webster. “Evita tratar de convencerlos de que vale la pena vivir. Si alguien está cerca a un punto de crisis, ellos no están pensando claramente. Evita ofrecer consejos sobre cómo arreglarlo. Si una persona estuviera teniendo un ataque cardiaco no le dirías que comenzara ha hacer ejercicio o que siguiera una dieta más saludable”.
Entonces ¿qué se debería hacer?
“Habla con una persona en privado”, mencionó Bonilla- Webster. “Escucha su historia, y déjalos hablar todo lo posible. Así como hemos venido diciendo, el punto aquí es dar tiempo para que disminuya el intenso riesgo suicida. Expresar preocupación y cariño a través de la escucha activa”.
Preguntarles sobre sus planes de suicidio también puede ayudar a conseguir medios letales. Si alguien dice que planea dispararse, asegurar o retirar las municiones es una forma de asegurar el ambiente.
Si intervenir en una crisis suicida puede ser peligroso, debe llamar al 911, aunque Bonilla-Webster dice que debe consultar a un especialista capacitado en intervención en crisis, especialmente si la persona en crisis es una persona de color.
“En Illinois, no todos los condados tienen un especialista de intervención de crisis”, dijo Bonilla-Webster. “Así que tienes que preguntar… pueden venir con la policía para responder una llamada de salud mental”.
Bonilla-Webster luego finalizó la presentación resumiendo su punto principal.
“Juntos, podemos crear una cultura inteligente sobre salud mental y prevención del suicidio”, concluyó Bonilla-Webster.
Se recomienda a cualquier persona que esté o conozca a alguien que esté experimentando una crisis suicida que llame a Suicide and Crisis Lifeline al 988.